miércoles, diciembre 15, 2010

Astronomía de una mujer hermosa

A estas palabras que de la nada surgen, motivadas insisto por la complicación del momento, el pensar en ti como el universo entero, galaxias infinitas de pensamientos casi ecuánimes y al mismo tiempo heterogéneos, encontrando posible tu origen en la muerte de una estrella blanca, con tanta fuerza y magnetismo violento, solo así es probable tanto brillo que de ti emerge, desvaneciendo el alrededor de un solo momento. Pareciera celestial la danza de tus ojos como si de cometas se tratase, que decir de tu boca esa luna presurosa por el confín del espacio y tiempo, tu cuerpo, ese cuerpo, lleno de astrología evocando al destino, embelesando el futuro y un sinfín de otras creencias todas limitadas a idolatrarlo, como si virgo o acuario supieran como afrontarlo y aquel increíble sol que llevas por corazón, tratando de brillar, inclusive en el vacío y aun así dar su lugar al tiempo, gravedad de bondad en sus adentros. Los mayas no te advirtieron, Galileo no mencionó tu nombre y Copérnico no supo describirte, hoy que he mirado las estrellas de la nada surgen estas palabras inspiradas por la evolución estelar de tu existencia.

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